miércoles, 16 de julio de 2014

A CORAZÓN ABIERTO


A CORAZÓN ABIERTO
Cada amanecer,
y con la memoria aún dormida,
he de cambiarme la piel
gastada por el uso,
arañada por la vida,
vencida de sed.
Cada amanecer,
para inventarme de nuevo,
necesito olvidar miradas,
coser mis ojos
que aparecen heridos de ver
la realidad que tanto duele
y esas imágenes descarnadas
que nos trajo el ayer.
Cada amanecer,
me calzo mis pasos
para desandar lo aprendido,
y me sumerjo en las calles
o entre las hojas de un libro,
en busca de horas de repuesto
para los días perdidos.

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