CUANDO
LA APATÍA, SONRISAS
Pesada tristeza, sé que no te vas
pero tampoco te quedas,
a ti, para no irte, te sobran razones
y a mis razones, para echarte, pereza,
pero me trajo el viento regalos
y con ellos veré como te alejas,
un millón de deseos inquietos,
una lagrima congelada,
una sonrisa que diluye todas mis
quejas,
si llueve, chapotearé en los charcos,
si oscurece encenderé una vela,
todo menos dejar mi barco
a merced de la tormenta,
son míos mis pesares,
son míos mis fracasos
pero también las riendas,
además no estoy solo
para vencer las penas,
tengo de mi corazón los latidos
y de mi gente la
fuerza.
Siempre en nuestro recuerdo
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