Éramos motas de polvo en un reloj de
arena
Y aun así nos hicimos a la vez tiempo,
trozos de espejo en una noche de
estrellas
y aun así se encontraron nuestros reflejos,
éramos hojas al viento buscándose para
bailar,
chiquillos en el amanecer de sus
deseos,
gotas de lluvia deslizándose por el
cristal,
éramos tus ojos y mi mirada,
mis labios secos y tus besos húmedos,
las olas de mi mar llegando a tu
playa,
¡éramos tan diferentes y pequeños!
yo el sol en las manos,
tú la luna en
la cara
y juntos
empezamos a construir nuestro cielo.
Precioso poema y un bello cielo que no todo el mundo logra.
ResponderEliminarUn abrazo, Ramón
Hola María,gracias por estar,se que no es fácil lograr ese cielo,y a veces no depende solo de nosotros,yo he tenido suerte,para construirlo cuento con la ayuda de un Angel-a
Eliminarabracitos
Solo la foto anuncia el preludio de lo que está por venir, puro amor, dulzura y sensibilidad, como podia no ser así,hola Ramón
ResponderEliminarGracias Consuelo,FELICES SUEÑOS
EliminarHermoso Ramón, él que sienta así, es un privilegiado.
ResponderEliminarComparto con gusto tus poemas.
Feliz día
siempre agradable tu visita,Carmen
EliminarMe gusta el poema. Cuando el amor se complementa de esta forma,se puede construir el cielo sin nubarrones.
ResponderEliminarValoro que con palabras sencillas se trasmitan sentimientos hermosos.
Un abrazo.
gracias Fanny,un abrazo
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