¿Por qué, mi niña?

Juegan con mi libertad

y con la de miles de jóvenes,

que, como yo, salieron de sus casas niños,

para volver viejos y tristes.

No son personas, las que hablan

de patria, de dios, de paz,

mientras con voz cargada de odio,

marcan el paso de mil corazones  vírgenes,

son monstruos, son serpientes,

que con argumentos dulces, ocultan,

su vientre cargado de veneno.

Mendigo con mi silencio, un trocito de cielo,

no pido más, y ellos,

los honorables y orgullosos servidores  de su patria,

construyen techos, para que no pueda

ni tan siquiera alimentar mi ilusión,

¡quien quita la tentación quita el peligro!

Pregonan el amor, la hermandad

y convierten futuros defensores de la libertad,

en cansados y desesperanzados esclavos

y todo, poniendo como bandera

una inexistente recompensa.

He visto demasiadas veces, escupir mierda

a  bocas adornadas de blanco,

he oído rencor, escondido tras

trompetas de pretendido recuerdo.

Hace mucho ya, que la noche

dejo de ser rincón de descanso,

el agobio la ha convertido

en desesperadas fugas del infierno.

Me han machacado,

han torturado mis tímpanos con falsos dioses,

han mermado el brillo de una alegría,

 es más,han matado la alegría

¿por qué, mi niña?


                                             Una vieja carta para Ángela
                                                  desde el otro lado del mar