Procesión (desde los ojos de un ateo)

Cientos de pies descalzos, por promesas vanas o no,

acompañan la imagen vestida de fiesta y oro,

detrás, con gesto altivo y estómagos agradecidos,

marchan, como en tiempos pasados, las autoridades.

Me aturde el sonido de cornetas y tambores,

me escama la sucesión de vivas y golpes de pecho.

Un inesperado encuentro aquí, un abrazo allá,

mil trajes relucientes, mil corazones ensanchándose.

Al llegar, con paso cansino, la virgen a su templo,

la noche se llena de estruendo y algarabía,

un sinfín de cohetes, haciendo chiribitas en el cielo,

se reflejan a colores en los ojos alucinados de la gente.

Después, la camaradería que flota en el ambiente,

me embarga, me contagia, me atrapa,

no importa la procedencia de los sentimientos,

bien sean producto del corazón, bien del vino,

consiguen hermanar lo a diario ajeno y distante.

Qué pena que mañana, solo quede la resaca,

y la ciega indiferencia hacia los otros de siempre.

                                8 de septiembre-fiestas en honor a la Virgen de Gracia

patrona de Puertollano